Si estás por adquirir una secadora, ya sea por primera vez o vayas a remplazar la actual, sabrás que hay dos tipos de secadoras, las que funcionan exclusivamente con electricidad y las que requieren de un suministro de gas, te mostraremos algunas diferencias para que te sea más fácil a la hora de escoger tu siguiente compra.
Secadora de gas
Consiste en un tambor donde introduces tu ropa, un quemador de gas y un encendedor, al comenzar el ciclo de secado, el encendedor enciende el quemador de gas produciendo aire caliente, éste seca la ropa mientras el tambor gira y el aire húmedo es expulsado.
Ventajas
- Tiempo de secado más rápido.
- Ampliamente disponible.
- Más suave con las telas.
- A largo plazo suelen ser más rentables.
Desventajas
- Restricciones de instalación.
- Riesgos de seguridad potenciales.
Secadora eléctrica
Al igual que la de gas, consiste en un tambor, pero aquí el elemento que genera el aire caliente es por medio de un elemento de calefacción y un motor, ideal para lugares donde no hay buena circulación de aire.
Ventajas
- Costo inicial más bajo.
- Instalación más sencilla.
- Ocupa menos espacio al no necesitar ducto de ventilación.
Desventajas
- Tiempos de secado más largos.
- Mayores costos operativos a largo plazo.
Conclusión:
si vives en un área donde el gas es relativamente barato y tu casa ya tiene una línea de gas, una secadora de gas puede ser una opción económica y eficiente. Es particularmente adecuado para hogares grandes o aquellos donde valoran más los tiempos de secado rápidos, al considerar una secadora de gas, es importante sopesar los beneficios de un secado más rápido y potencialmente más económico contra los requisitos de instalación mayores y un poco más costosos. Mientras que la opción de solamente consumo eléctrico es ideal para espacios donde sea más complicado acceder a una toma de gas, menor mantenimiento o la preferencia de energía sea la electricidad.
